Nuestra historia

Todo comenzó en un momento muy sencillo, de esos en los que la vida te invita a bajar el ritmo y reconectar con lo esencial. Yo, psicóloga de corazón y apasionada por la energía, la calma y la aromaterapia, encontraba en las velas un refugio: un espacio para respirar, meditar y acompañar a mis pacientes con fragancias que ayudaran a sanar emociones.

Mi novio, en cambio, estaba viviendo su propio proceso. Durante una lesión, descubrió que encender una vela y observar su luz le traía una paz que hacía tiempo no sentía. Entre charlas, risas y tardes de descanso, nos dimos cuenta de que aquello que nos ayudaba a ambos —esa mezcla de aroma, energía y arte— merecía compartirse con el mundo.

Así nació nuestra tienda: un proyecto hecho con las manos y el corazón, donde cada vela, cada detalle y cada aroma cuentan una historia. No queríamos vender solo productos, sino experiencias que inviten a detenerse, respirar profundo y volver al centro.

Unas velas bonitas que ayudan a la calma y la paz

Con el tiempo, empezamos a investigar más sobre los materiales que usábamos, y descubrimos que muchas velas convencionales, hechas con parafina, liberan humos y toxinas que no nos hacían bien. Somos muy sensibles a esos olores fuertes y queríamos algo más limpio, más natural. Fue entonces cuando decidimos crear nuestras propias velas 100% de soja, una alternativa vegana, sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

Además de ser más saludables, las velas de soja tienen una quema lenta y pareja que permite disfrutar más tiempo de su aroma suave y envolvente. Y como a mí me encantan las manualidades, cada una está elaborada a mano con mucho amor, desde la elección del aroma hasta el diseño del recipiente. Nos emociona saber que lo que creamos no solo armoniza hogares, sino que también cuida la tierra y promueve un consumo más consciente.

Creemos en el poder de las pequeñas cosas, en los rituales cotidianos que llenan la casa de luz y el alma de calma. Por eso, cada creación está pensada para armonizar, sanar y decorar tu espacio con amor, intención y buena energía.

Gracias por acompañarnos en esta aventura. Cada vez que prendes una de nuestras velas, también estás encendiendo un pedacito de nuestra historia.